QUE SE HAGA JUSTICIA

El viudo de Nora Dalmasso aceptó ser juzgado por un jurado popular

Marcelo Macarrón será juzgado por el crimen de su esposa ocurrido en el 2006.

Este jueves, Marcelo Eduardo Macarrón se presentó en los Tribunales de Río Cuarto para manifestar a través de un escrito que no se opondrá a que la causa que investiga el crimen de su esposa, Nora Dalmasso, ocurrido en esa ciudad en noviembre de 2006, sea elevada a juicio oral con un veredicto a cargo de jurado popular, según adelantó La Voz del Interior y confirmaron fuentes cercanas al expediente a Infobae.

Acompañado de su abogado, Marcelo Brito, el acusado expresó su parecer en la sede de la Fiscalía N° 1 de Río Cuarto horas antes de que se venciera el plazo para apelar el planteo del fiscal de Instrucción, Luis Pizarro, quien el pasado 23 de septiembre había solicitado la elevación del caso a juicio.

"Analizamos en profundidad la historia de los jurados populares en Córdoba. Lo importante es que en la elección de los doce jurados, los ocho titulares y los cuatro suplentes, se dé la posibilidad a las partes de tener audiencias a los fines de conocerse la garantía de imparcialidad de todos ellos", dijo Brito al cabo de la reunión formal.

En ese sentido, el letrado adelantó: "Voy a interrogar, como lo hago en otros procesos, a los jurados. No podrá formar parte del jurado popular aquella persona que tenga una información acabada del caso y muchísimo menos, si tiene una opinión formada del mismo".

Macarrón está imputado por homicidio calificado por el vínculo, por alevosía, y por precio o promesa remuneratoria. El fiscal Pizarro entiende que es el autor intelectual del asesinato ocurrido en su vivienda del barrio privado Villa Golf Club de Río Cuarto y que contrató a sicarios para llevar a delante su plan. De acuerdo con su hipótesis, Macarrón habría encargado el asesinato de su esposa en el marco de una disputa por intereses económicos.

El 26 noviembre de 2006, el cadáver semidesnudo de Nora Dalmasso fue encontrado sobre la cama de su hija Valentina, en su casa de Río Cuarto. Al momento del crimen, ni el viudo ni los dos hijos del matrimonio estaban en el domicilio.

De acuerdo a los médicos forenses, la mujer murió asfixiada por estrangulamiento y desde el comienzo de la pesquisa se siguieron distintas pistas: desde un crimen durante un juego sexual, un abuso sexual seguido de muerte, femicidio y asesinato por encargo.

A lo largo del proceso fueron imputados y luego sobreseídos el pintor Gastón Zárate y el hijo Facundo Macarrón.

Uno de los puntos más polémicos de la investigación fue la denominada "pista Edipo" que planteaba que el hijo de la víctima había entrado en la casa con sus llaves y que había tocado a su madre, con quien estaba peleado porque ella no aceptaba su orientación sexual.

Facundo vivía en Córdoba donde cursaba Derecho y, según el fiscal Javier Di Santo -el primero en liderar la investigación- aquella noche habría manejado 230 kilómetros bajo la lluvia para perpetrar el crimen. Con el tiempo la acusación perdió fuerza y Facundo dejó de ser considerado sospechoso. El hijo de Dalmasso dejaría luego el país.

El otro sospechoso desde el inicio de la investigación fue el albañil Gastón Zárate, quien había estado trabajando en la casa de Dalmasso días antes del asesinato. El móvil habría sido robo, pero luego el fiscal interpretó que el obrero habría violado a la víctima. Rápidamente los medios comenzaron a denominar a Zárate como el "perejil" de la causa. Finalmente, el denominado "perejil" del caso fue liberado después de una manifestación popular en Río Cuarto.

Por otro lado, la pista de los supuestos amantes de Dalmasso apuntaba a un juego sexual, una asfixia autoerótica que retrasa el orgasmo a partir de un ahorcamiento, lo que fue desmentido pocas horas después del crimen.

Hoy, Macarrón vuelve al centro de las sospechas.

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