Argentina
Más recetas obsoletas

Fernández quiere un nuevo acuerdo de precios y salarios para combatir la inflación

Los controles y los acuerdos de precios fracasaron sistemáticamente a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. El presidente Fernández volvió a insistir con la misma receta, y convocó a sindicalistas y empresarios para un acuerdo por 60 días.

En un acto realizado en Lomas de Zamora el presidente Alberto Fernández convocó a un nuevo "acuerdo de precios y salarios", como una supuesta herramienta para combatir la inflación en el marco del severo dato para el mes de julio.

Fernández busca generar una suerte de "conciliación" entre sindicalistas y empresarios (principalmente industriales) para llegar a un acuerdo por 60 días, que promete algún tipo de resultado en medio del dramático estallido de precios.

Pero este tipo de medidas fracasaron sistemáticamente en la historia argentina. Desde 1952 se llevaron a cabo 9 intentos entre controles y "acuerdos" de precios y salarios. Todas y cada una de estas experiencias fracasaron estrepitosamente, y no consiguieron ni bajar la inflación ni mejorar los salarios.

La experiencia en los primeros Gobiernos peronistas

Desde la ley 12.830 sancionada en agosto de 1946, se establecían controles sobre prácticamente todos los sectores de la economía, incluyendo la producción, los alquileres, los salarios de convenio y el comercio exterior. Los controles se fueron endureciendo cada vez más a partir de 1947, con la sanción de nuevas leyes que apuntaban en la misma dirección.

Los resultados fueron decepcionantes: la inflación anual pasó del 16,7% en agosto de 1946 hasta llegar a un pico del 58,3% en marzo de 1952.A partir del Segundo Plan Quinquenal, esta vez se impulsó un "acuerdo de precios y salarios" como parte de la pata "heterodoxa" del plan, y al mismo tiempo una drástica contracción monetaria y fiscal (de orden ortodoxo) impulsada por Gómez Morales. Los resultados iniciales fueron exitosos, pero solo duraron dos años y para mayo de 1955 la inflación ya ascendía al 15,8% otra vez.

La "Revolución Libertadora"

Los controles de precios y salarios de la época peronista fueron mantenidos y profundizados. El Gobierno de Aramburu, a partir del ministro de Economía radical Eugenio Blanco, añadió una nueva una desindexación de contratos (desagio), dispuso el congelamiento de los alquileres y minimizó los aumentos tarifarios.

Al mismo tiempo, el Gobierno llevó a cabo un congelamiento general de salarios a partir de junio de 1956, se dispuso la intervención de la CGT y la persecución de dirigentes sindicales peronistas. El programa fracasó: la inflación interanual saltó del 7% en diciembre de 1955 al 31% en noviembre de 1957. Los controles de precios y salarios no generaron ningún tipo de efecto.

El Gobierno de Illia

El presidente radical Arturo Illia, asesorado por un grupo de economistas heterodoxos provenientes de la CEPAL, impulsó un severo control de precios a partir de la sanción de la Ley de Abastecimiento 16.454 en febrero de 1964, y más tarde la ley 16.462 que fijaba los precios de los medicamentos.

Se estipulaba explícitamente la determinación de un techo de precios "razonable" y se creó la Dirección de Abastecimiento, dependiente de la Secretaría de Comercio, con el fin de monitorear los precios minoristas y perseguir a los comerciantes que no cumplieran con los precios máximos.

La inflación aumentó del 28% interanual en febrero de 1964 para superar el 40% a partir de enero de 1966. La inflación mayorista tampoco respondió al programa, y subió del 17% en diciembre de 1964 al 28% en diciembre de 1965.

El Gobierno de Onganía

Bajo el Gobierno de Onganía se volvió a intentar una suerte de "acuerdo de precios" junto con un congelamiento general de salarios por 18 meses. El programa de Krieger Vasena suponía añadir una "pata ortodoxa" vía disminución de la emisión monetaria. El plan logró consolidar una inflación promedio del 7,6% anual en 1969, pero tan pronto como se abandonó la disciplina monetaria, los precios volvieron a dispararse y la inflación llegó al 76% en marzo de 1973.

El Plan Gelbard

El programa de controles diseñado por José Ber Gelbard en 1973 es probablemente el más añorado por el extremismo kirchnerista, aunque cosechó pésimos resultados. Se establecía un congelamiento de precios mucho más estricto a los que se venían aplicando entre 1956 y 1972, y nuevamente estableciendo cepos al crecimiento de los salarios de los trabajadores. Además, se añadían numerosos controles cuantitativos sobre importaciones y exportaciones.

La inflación bajó hasta un promedio de 1,6% por mes entre abril de 1973 y agosto de 1974, pero a partir de allí se produjo una espiral de precios casi incontenible. La inflación mensual promedió el 6% entre septiembre de 1974 y mayo de 1975, y finalmente el sistema colapsó con el famoso Rodrigazo, llegándose a registrar alzas de hasta el 37% por mes. Más tarde, la inflación interanual llegó al 566% en marzo de 1976.

El programa de Martínez de Hoz

En la última dictadura militar el ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz buscaba añadir una dosis de heterodoxia a su programa económico, estableciendo una "tregua de precios" por 120 días, e imponiendo límites a los salarios desde abril de 1976.

La inflación promedió el 192% en 1977 y el 176% a lo largo de 1978, por lo que los precios simplemente respondieron al intenso ritmo de la emisión monetaria más que cualquier influencia por la política de ingresos. Al término de los controles desde 1979, la inflación llegó incluso al 82% interanual en marzo de 1981, nuevamente respondiendo a la dinámica de la política monetaria y la credibilidad de los agentes.

El Plan Austral

Bajo el liderazgo de Juan Vital Sourrouille el Gobierno de Alfonsín volvía a apostar por los controles de precios a nivel generalizado, esta vez añadiendo a todas las tarifas de servicios públicos, congelando los salarios de convenio, el tipo de cambio y la indexación de contratos.

Pero el programa perdió toda credibilidad para fines de 1986 al quedar en evidencia que el Gobierno no había sido capaz de corregir los fuertes desequilibrios fiscales, y por lo tanto no se podía ofrecer ninguna garantía para el control de la expansión monetaria hacia el futuro.

En medio de una inflación interanual del 174% en 1987, el Gobierno radical volvió a recurrir a un nuevo congelamiento general de precios, tarifas, tipo de cambio y salarios. La inflación no cedió en lo más mínimo y subió hasta el 440% en agosto de 1988. Nuevamente, Alfonsín volvió a establecer controles, esta vez con más énfasis en los costos de producción y los precios mayoristas. Este último programa se conoció como "Plan Primavera".

El radicalismo volvía a fracasar, y para 1989 era claro que Argentina atravesaba una situación de hiperinflación. Los precios llegaron a dispararse un 114% solamente en junio de 1989, y un 196% en julio. La inflación interanual superaba cómodamente el 3000%, llegando incluso a casi 5000% en diciembre de 1989.

Los Kirchner y Macri

Bajo el Gobierno de Néstor Kirchner en 2006 se aplicó el primer "acuerdo de precios y salarios" desde la década de 1980. La inflación cayó muy tenuemente del 12% interanual en enero de 2006 al 10% en diciembre, y rápidamente superó el 13% a partir de agosto de 2007.

En 2014 el entonces ministro Axel Kicillof volvió a insistir con los acuerdos de precios, esta vez creando "Precios Cuidados", ofreciendo ciertos beneficios a cambio de la adhesión voluntaria de las empresas. La inflación saltó del 30% al 40% entre enero y diciembre de 2014.

Pese a su fracaso, el programa fue mantenido por la gestión de Mauricio Macri hasta 2019, y más tarde fue relanzado por Alberto Fernández y sus sucesivos secretarios de Comercio interior, sin haber conseguido ningún éxito en materia de precios.

Fuente: La Derecha Diario

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