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Le vaciaron la cuenta a otra docente: "Desde el banco insisten en que nosotros hemos dado las claves"

En simultáneo a la seguidilla de robos y hackeos a cuentas del Banco Patagonia de empleados públicos de Río Negro, ya son dos las mendocinas clientas de esta entidad que denunciaron haber sido víctimas del mismo delito. A ambas les vaciaron las cuentas con transferencias hechas por desconocidos.

Aunque ni la Justicia ni las autoridades del Banco Patagonia han logrado determinar todavía y de manera fehaciente qué es lo que ocurrió y quién -o quiénes- están detrás de los episodios delictivos, de algo no quedan dudas: los hackeos y vaciamientos de cuentas pertenecientes a clientes de esa entidad bancaria no han sido casos aislados. Porque son más de 10 los clientes que reportaron y denunciaron haber sido víctimas de delincuentes que lograron vulnerar la seguridad de sus cuentas en Río Negro y haberles quitado todo el dinero que tenían allí mediante transferencias. Y a ellos se sumaron, por lo menos y hasta el momento, dos mendocinas más, también clientas de Banco Patagonia y quienes han denunciado haber sufrido el mismo tipo de robo.

Luego de que la semana pasada una docente de la UNCuyo relatara a Los Andes cómo fue víctima del hackeo de 3 de sus cuentas bancarias a principios de noviembre pasado -misma época en que se registraron los robos a empleados públicos rionegrinos y cuyos casos tomaron protagonismo en los medios nacionales-, otra empleada de la UNCuyo relató el episodio del que fue víctima y que, casual o causalmente, tiene similitudes con los casos de las víctimas de Río Negro y de la docente mendocina.

"Trabajo en las Aulas para Tiempo Libre de la UNCuyo, por lo que el sueldo me lo paga la Fundación de la Universidad. Y, como parte del paquete y convenio que tienen, la cuenta es en el Banco Patagonia. Estamos atados de pies y manos y no podemos cambiar", resume la mujer, identificada con las iniciales M.G.

"Cuando leí la nota con lo que le había pasado a la docente, no podía creer todas las similitudes con lo que me pasó a mí. ¡No puede ser qué pasen estas cosas! Me sacaron más de 180.000 pesos de mi cuenta, me encontré con que tenía más de 60.000 pesos en negativo. Y, al igual que a la otra mujer de Mendoza, en el banco lo primero que nos dicen es que seguro se trató de un error humano y de alguien a quien yo le he dado la contraseña. ¡Yo no se la di a nadie!", destaca con indignación M.G., quien ya radicó la denuncia en Delitos Informáticos -dentro del fuero judicial mendocino- y en el área de Defensa del Consumidor a nivel nacional.

"No son casos aislados, y parece mentira que la respuesta del banco sea siempre: ?Seguro que usted le dio la clave a otra persona'. ¡Con eso quiere decir que todos los que sufrimos algún robo de este tipo le dimos la clave a alguien más!", agrega.

UN NUEVO VACIAMIENTO DE CUENTA EN MENDOZA

M.G. no acostumbra a manejarse con dinero en efectivo, pero tampoco suele recurrir a las tarjetas de crédito ni de débito, ni mucho menos a los cajeros automáticos. "Todo lo manejo desde el homebanking. Y si necesito dinero para algo, me transfiero de la cuenta a Mercado Pago para pagar con la aplicación", describe la mendocina.

El 3 de noviembre -misma semana en que se dio la seguidilla de robos a clientes del Banco Patagonia en Río Negro y a la docente mendocina de la UNCuyo-, M.G. se dio cuenta de que habían vulnerado su cuenta a sueldo y le habían sacado 184.000 pesos que tenía allí.

"Yo hago atención al público, por lo que recibo gente y le cobro. No puedo estar con el celular, salvo que nos manden una transferencia y ahí vemos el homebanking o el comprobante con el teléfono. Ese 3 de noviembre -jueves- entré a trabajar, hice una transacción desde el homebanking a las 15 y dejé el teléfono para seguir en lo mío", recapitula la víctima.

Luego de haber recibido y atendido a algunas personas que llegaron a la sede de las Aulas para Tiempo Libre (en Paso de los Andes y Arístides Villanueva, de Ciudad de Mendoza), M.G. revisó el celular casi por acto reflejo y allí fue donde descubrió los movimientos irregulares.

"Se me dio por revisar el celular para ver si habían mandado algún pago y vi que tenía una notificación de correo. Me avisaban que se había agendado la cuenta de un señor a la mía y tenía, además, un aviso de retiro de 184.000 pesos. Cuando vi esas notificaciones, me entró la desesperación y entré a ver el correo detenidamente. Ya eran las 16:30 y vi que las transferencias habían sido realizadas a las 15:36?, detalla la mujer.

Fue en ese momento en que ingresó al homebanking y se encontró con el saldo de -60.000 pesos. "Me sacaron el sueldo y el negativo. Yo no uso cajero, ni token. Tengo tarjeta de coordenadas para hacer transferencias. Y al no tener habilitado el token, sin esos números, no se puede hacer ninguna transferencia. Pero cuando revisé, encontré un número de teléfono de Buenos Aires agendado a mi cuenta y el aviso de que me habían habilitado el token", recuerda M.G. con angustia.

LA (NO) RESPUESTA DEL BANCO

El mismo jueves 3 de noviembre, M.G. hizo la denuncia en Delitos Informáticos de la Justicia de Mendoza, mientras que -telefónicamente- bloqueó su tarjeta de débito. El viernes 4 de noviembre fue de forma presencial a la sede del Banco Patagonia.

"Me atendió una chica y me dijo que no me preocupara, que no era la primera persona a la que le pasaba. ¡Con más razón, cómo no me voy a preocupar! Le dije que era grave el problema, porque le estaban vulnerando la seguridad al banco. Pero, al igual que a la otra mujer de Mendoza a la que le pasó, me echaron la culpa a mí. ?Seguro le ha dado la contraseña o algún dato a alguien' me dijo la señora. ¡Pero yo no le he dado ningún dato a nadie!", insiste.

En esa sucursal le dijeron a la mujer que debería aguardar 10 días hasta que les dieran una respuesta. Y cuando pasaron los 10 días, M.G. llamó y le dijeron que eran 10 días, pero hábiles, y que todavía no se habían cumplido. "No me habían dicho la primera vez que eran 10 días hábiles. Y como yo hice ese llamado -y aunque ya tenía un número de reclamo-, me asignaron otro número. A esos se sumó otro número que tenía por un reclamo y por un inconveniente previo. Al final tenía 3 números de reclamos distintos, y la única respuesta que me daban era que no había errores del banco, que era todo un error humano", repasa.

A más de 2 meses del robo y de haber denunciado el episodio, M.G. sigue aguardando alguna contestación concreta, algo que le permita delinear los pasos a seguir. Pero no hay nada claro aún.

"Cuando vi que no tenía respuesta del banco y a nivel judicial tampoco había nada, me metí a MiArgentina e hice el reclamo en el área de Defensa del Consumidor contra el banco. Antes de fin de año recibí un correo de esa dirección diciéndome que el reclamo tendría que haberlo hecho en la provincia. Pero avanzó igual, y precisamente hoy me llegó una notificación donde dicen que, ante la requisitoria de ellos, el Banco Patagonia niega cualquier error. Pero, aclaran, que igual van a intentar llegar a un arreglo de conciliación. Según me dijo Defensa del Consumidor que les dijeron desde el banco, se han comprometido a devolverme el dinero que perdí. Pero, increíblemente, siguen sosteniendo que fue un error mío y que yo di claves", sostiene M.G.

Fuente: Los Andes

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