Se cubren

La gestión de Kicillof desestimó una denuncia de violencia contra un funcionario de La Cámpora

En mayo del 2020, el gobernador Axel Kicillof, por decreto 413, aprobó la estructura orgánica funcional del ministerio de Salud, y dentro de la misma, como algo distintivo en relación con la prevención de violencia laboral, creó la subsecretaría de Salud Mental, Consumos Problemáticos y Violencia de Género.

Dentro de la órbita de la subsecretaría de Salud Mental, Consumos Problemáticos y Violencia de Género bonaerense se encuentra la dirección Contra las Violencias en el Ámbito de la Salud Pública, la cual se encuentra a cargo de la licenciada en psicología, Carina Lavandeira.

Pero esta estructura que en los papeles puede perseguir fines muy loables pareciera tener otra finalidad, al menos en el caso del director de Farmacia, el abogado malabarista José Luis Alfredo Cugnetto.

Para contextualizar la estructura administrativa, el área de Farmacia depende de la subsecretaría de Gestión de la Información, Educación Permanente y Fiscalización, que se encuentra comandada por la licenciada en psicología, Leticia Ceriani.

Tiempo atrás, este medio hizo visible las denuncias de violencia realizadas por algunas empleadas que se encuentran bajo su dependencia laboral. Por temor a las represalias, las mismas fueron dadas a conocer a través de una pegatina frente al ministerio que conduce Nicolás Kreplak.

A raíz de la denuncia, intervino la dirección provincial de Lavandeira conformando un "taller para abordar la violencia" con la participación de los empleados de la dirección de Farmacia y un equipo técnico conformado por psicólogas, trabajadoras sociales y abogadas.

Días posteriores a dicho taller, surgió un informe firmado por dicha directora donde "descarta totalmente que haya existido violencia de género, descarta totalmente que haya existido violencia laboral" y lo circunscriben a un simple "conflicto", como algo normal que puede darse en cualquier repartición. El resultado fue transmitido por el propio director de Farmacia en una reunión con los empleados.

Resulta muy llamativo que los gritos y maltratos de un superior, exclusivamente hacia empleadas mujeres, haciéndolas salir llorando de su oficina en algunos casos, pueda ser visto como un mero "conflicto". Cualquier mal pensado podría decir que dicho informe pretendió encubrir una grave denuncia sobre un funcionario solo por pertenecer a la agrupación La Cámpora. Pero lo más lamentable es que esta maniobra haya contado con la venia de mujeres que conocen y se especializan en detectar cuadros de violencia de género.

¿Qué parámetros tienen desde la dirección provincial Contra las Violencias para definir un hecho de violencia? ¿Qué un superior les pegue a las empleadas? Son algunas de las inquietudes que hoy, entre los trabajadores de la cartera de Kreplak, surgen del más llano sentido común.

Finalmente, vale destacar otro fenómeno llamativo que no pasó desapercibido entre las empleadas denunciantes. Es que Leticia Ceriani, siendo psicóloga de profesión, tampoco haya tomado cartas en el asunto.

De un modo u otro, las trabajadoras del área de Farmacia se encuentran ante un fenómeno harto conocido: el área que debiera defenderlas, termina siendo utilizada según los designios políticos de la gestión de turno.

Fuente: Real Politik

Esta nota habla de:

Más de Argentina