Mejor que la rellena: la nueva tortilla a la parrilla que se vende en un barrio

Gonzalo tiene 22 años y se hizo conocido por su innovadora "hamburtilla", una mezcla de tortilla y hamburguesa. Su historia de lucha, trabajo y sueños grandes.

Redacción El Nacionalista

En una esquina de Villa Lugano, Buenos Aires, Gonzalo "Bebu" Céspedes se convirtió en protagonista de un verdadero boom gastronómico callejero. Con apenas 22 años, este joven emprendedor sorprendió a todos con su original creación: la "hamburtilla", una combinación simple y explosiva de tortilla de harina con hamburguesa.

La idea nació por casualidad, entre amigos y con hambre. "Estábamos con los pibes, teníamos hambre y solo tortillas. Compramos unas hamburguesas congeladas y funcionó. Surgió de la nada y por el solo hecho de tener hambre", contó Gonzalo en diálogo con TN.

El joven instala su puesto sobre la avenida Castañares y Basualdo, donde su padre lo ayuda con la parrilla y los vecinos hacen fila para probar el nuevo furor del barrio. Su rutina arranca temprano: "Me despierto todos los días a las 5.30. A las 6 ya estoy preparando todo", relató. Las tortillas se hacen a mano, con harina, grasa, sal y agua, y el proceso de amasado puede llevarle hasta cuatro horas al día.

"A veces lo meto a mi primo ahí. Si estoy cansado, le digo que venga", confesó entre risas. Pero su gran apoyo es su familia: "Mi viejo está siempre acá. Todos los días me hace el aguante. Mi sobrino y mi mamá también".

La "hamburtilla" tiene diferentes versiones según el apetito del cliente. La individual cuesta $5000, la doble $7000, y la más pedida es la XXL de seis hamburguesas, ideal para compartir, a $15.000. "Vendo más de 100 tortillas por día, sin contar las hamburtillas", contó orgulloso.

El esfuerzo es grande, pero los sueños lo empujan: "Ojalá pueda estar viviendo en un departamento en Puerto Madero, tener un Mercedes Benz y estar bien económicamente para ayudar a toda mi familia". Su meta inmediata es abrir un local y sumar a amigos sin trabajo: "Me gustaría darles una mano y armar algo más cómodo para trabajar".

Con una fe inquebrantable, Bebu concluyó: "Lo voy a lograr, sé que sí, siempre lo pienso y lo digo, lo manifiesto todos los días. Yo sé que algún día eso va a llegar".

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