El Gobierno planea facilitar el uso de dólares para consumo sin controles
El Gobierno apuesta a una dolarización minorista. Busca que los argentinos puedan usar sus dólares sin miedo a ser perseguidos. No habrá blanqueo ni obligación de depositarlos.
El presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, confirmaron este jueves que la estrategia económica central del Gobierno se enfoca en avanzar hacia una "dolarización minorista", apuntando a liberar el uso de dólares que muchos argentinos conservan fuera del sistema financiero.
Durante el 11° Latam Economic Forum realizado en Parque Norte, ambos funcionarios destacaron que el objetivo es activar el consumo y reactivar el crédito interno mediante un esquema que facilite el uso de dólares para compras sin necesidad de declarar o depositar esos fondos en el sistema bancario formal.
"Queremos que la gente ingrese los dólares, compre lo que quiera y que no deje los dedos marcados para que después los vayan a perseguir", afirmó Milei ante los presentes. El Presidente insistió en que el dinero guardado "no pertenece a delincuentes", y que el proceso de remonetización será "endógeno y gradual", permitiendo la coexistencia entre el peso y el dólar.
Desde Economía, se anticipó que trabajan en un decreto que flexibilice el uso de divisas no declaradas con fines de consumo. No se tratará de un blanqueo formal ni habrá obligación de depósito. La idea es eliminar trabas para mover dólares en operaciones pequeñas, sin intervención del Banco Central ni del fisco.
Luis Caputo sostuvo que con una inflación en descenso, el contexto es favorable para el regreso del crédito. "¿Por qué no usarlos?", planteó sobre los dólares atesorados. Y concluyó: "El Ejecutivo no va a emitir dólares, sino facilitar que los existentes empiecen a circular en competencia con el peso".
Las restricciones legales existentes, como la ley penal tributaria y la ley de cambio, no serán modificadas por decreto. Por eso, el Gobierno considera alternativas como flexibilizar los controles de la AFIP y aplicar el "principio de oportunidad" del derecho penal, que permite no perseguir delitos de baja relevancia.