Triple femicidio en Florencio Varela: "Llamaron a la familia mientras la torturaban"
Celeste González Guerrero, una de las imputadas por el triple femicidio de Brenda Del Castillo, Lara Gutiérrez y Morena Verdi, reveló detalles escalofriantes.
El triple femicidio que conmocionó a Florencio Varela sumó un nuevo dato tan escalofriante como revelador. Celeste González Guerrero, una de las imputadas en la causa, declaró a través de su abogado que su pareja, Miguel Villanueva Silva, le confesó que "llamaron a la familia de una de las chicas mientras la torturaban".
La frase fue difundida por el abogado defensor, Daniel Giaquinta, y surge de una conversación privada entre Celeste y su defensa. Si bien ella niega haber estado dentro de la casa al momento del crimen, relató detalles que su pareja le habría contado sobre la brutal noche del 19 de septiembre.
Según su testimonio, los asesinatos de Brenda Del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez fueron parte de una venganza narco por el robo de un cargamento de droga a la banda liderada por el peruano Víctor Sotacuro, alias "Pequeño J". Celeste vinculó a familiares de una de las víctimas con una organización narco rival, lo que habría desatado el ataque.
"Mientras torturaban a una de las chicas, llamaron a la familia y les exigieron que devuelvan lo robado. Él me iba contando y a mí la verdad que eso me da mucho miedo", aseguró González Guerrero.
Giaquinta agregó que una hermana de una de las víctimas tendría vinculaciones con otra banda narco, y reclamó que la investigación no se cierre solo con la detención de los peruanos: "Falta la otra pata de la mesa, que involucra políticos y mucha gente", afirmó.
En su declaración ante el fiscal Carlos Arribas, Celeste aseguró que dos de las víctimas habrían participado del supuesto robo de drogas. "Sé que una era Brenda, la otra no estoy segura. Pero Lara, creo, no tenía nada que ver", dijo.
La imputada confirmó que ella y su pareja vendían cocaína para la banda y que la droga provenía de Nueva Pompeya. También contó que vio a las chicas llegar a la casa en una Chevrolet Tracker junto a Sotacuro y otro hombre: "Bajaron sonrientes, como engañadas que venían a una fiesta".
Otro dato escalofriante fue que los crímenes fueron vistos en vivo mediante una videollamada en la app Zangi por miembros de la organización que estaban en José C. Paz. Además, Celeste afirmó que su pareja mató a una de las chicas "porque se quiso escapar" y que Sotacuro habría cobrado un millón de dólares por los asesinatos.