Bullrich dispuso alerta máxima en las fronteras por la escalada narco en Río de Janeiro

La ministra de Seguridad ordenó reforzar los controles en los pasos limítrofes con Brasil ante la ola de violencia en Río. El operativo busca evitar el ingreso de integrantes del Comando Vermelho.

Redacción El Nacionalista

Tras los sangrientos enfrentamientos entre la policía brasileña y bandas narco en Río de Janeiro, la ministra Patricia Bullrich anunció la activación de una alerta máxima en las fronteras con Brasil.

"Vamos a disponer una alerta máxima en las fronteras para que no haya ningún tipo de cruce o pase de los que se están moviendo de lugar", dijo Bullrich desde Casa Rosada, donde encabezó una reunión junto a la secretaria de Seguridad Nacional, Alejandra Monteoliva.

La medida busca impedir el ingreso de miembros del Comando Vermelho, una de las organizaciones criminales más poderosas del país vecino.

Según explicó la ministra, se intensificarán los controles en la Triple Frontera, aunque no aumentará la cantidad de efectivos.

"Significa mirar con cuatro ojos a los brasileros que vienen, si tienen antecedentes o no. Es un modelo de alerta",
resumió Bullrich.

El plan se coordina con Migraciones y contempla un sistema de supervisión reforzado en todos los puntos limítrofes, especialmente los del norte argentino.

Coordinación con Brasil y Migraciones

Desde el Ministerio confirmaron que los primeros mecanismos de control ya fueron activados este martes, con patrullajes reforzados de las Fuerzas Federales en Misiones, Corrientes y Formosa.

Bullrich aclaró que el objetivo es "prevenir desplazamientos de delincuentes" sin afectar el turismo ni el tránsito habitual. "No hay que confundir turistas con sospechosos", señaló.

La decisión del Gobierno argentino llega en medio de un operativo histórico en Río de Janeiro, donde la ofensiva contra el Comando Vermelho dejó hasta ahora 132 muertos y más de 80 detenidos, según la Defensoría Pública local.

Casi 2.500 agentes del BOPE (Batallón de Operaciones Especiales) participan de los rastrillajes en las favelas de Penha y Alemão, zonas dominadas por el narcotráfico.

Durante la operación, la policía brasileña secuestró 93 fusiles y media tonelada de drogas.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se mostró "horrorizado por el número de víctimas" y decidió acortar su gira por Asia para regresar a Brasilia. Envió a Río una comitiva integrada por los ministros Ricardo Lewandowski (Justicia) y Rui Costa (Casa Civil), junto al jefe de la Policía Federal, para evaluar la situación y ofrecer cárceles de máxima seguridad para los detenidos.

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